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Coartadas para mujeres | No solo los hombres necesitan coartadas

Cuando hablamos de coartadas e infidelidades, siempre pensamos en los hombres y sus inventos. Pero ¿por qué no coartadas para mujeres?

Por muy liberales y abiertos que nos creamos, todos vivimos de reglas mentales establecidas y verdades absolutas. Aquí el tema está claro: los infieles por naturaleza y “experiencia”, son los hombres.

Sin embargo, ¿no sería más fácil montar coartadas para mujeres? ¿o menos sospechoso? Una regla no escrita dice que las mujeres son leales, cuidan de su casa y de su familia. Siempre y por encima de todo ¿o no?.

Digamos que hay mujeres en las que no se cumple ese axioma cultural. Imaginemos que hay alguna mujer en el mundo que no quiera divorciarse de su marido ni romper su hogar ideal, pero sí “necesite” vivir una aventura. O simplemente salir de su rutina.

Aquí no valen coartadas tan utilizadas como: tengo que irme de la ciudad por un Congreso vital para mi carrera, cariño la reunión se alargó más de lo previsto, o no puedo ir a comer con tu madre porque el jefe me reclama.

Una coartada que funciona muy bien es estos casos es el “Curso de cocina para amas de casa”. Nada hay más inocente que una madre de familia aprendiendo a hacer tartas caseras.

Coartadas para mujeres

Coartadas para mujeres

En el caso que nos ocupa, nuestra “mami” pasaba por un momento difícil en su vida familiar. Había encontrado a alguien que la escuchaba y quería pasar más tiempo con esa persona. No hubiera pasado nada si hubiera sido otra mujer, pero en este caso su amigo era un hombre y hay cosas que aún no están bien vistas en sociedad.

Le organizamos el plan perfecto… “Curso de repostería tradicional: del horno a tu mesa”. Los asistentes aprenderían en un completo fin de semana a elaborar los postres siguiendo la tradición pastelera y el lugar donde se imparte el curso sería un horno familiar a las afueras de su ciudad.

La coartada estaba en marcha. Documentos de inscripción falsos – previo acuerdo con una Academia de Cocina gancho-, fotografías retocadas del lugar y de los asistentes (todo mujeres, por supuesto) y programa completo del fin de semana.

Todas las posibles vías de desmontar la coartada estaban cubiertas. El marido no podría ir a visitar a su mujer en un arranque de amor sorpresa, porque ella se llevaba el único coche que había en la familia. El lugar estaba perdido en un pueblo donde no había cobertura; solo era posible realizar llamadas al fijo de recepción y estaba pinchado por la agencia, y el programa de actos era tan completo, que no daba lugar a mucho tiempo libre.

Esta coartada es real y funcionó.

Nuestra clienta llegó a su casa el lunes por la mañana feliz, relajada y con una cesta llena de magdalenas, galletas y tartas caseras.

Cuando hablamos de coartadas siempre pensamos en infidelidades. Esta no lo fue. Muchas veces lo más difícil es comunicar cómo nos sentimos a las personas que más queremos y evitar conflictos.

Si necesitas evadirte del día a día y no sabes cómo hacerlo, acude a un profesional y asesórate sin compromiso.

Simplifica tu vida.

La Coartada

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